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Especial: “Mujeres que dejan huella en la industria frutícola”

El 8 de marzo es un día muy especial para todas las mujeres del mundo, ya que se reconoce a través del Día Internacional de la Mujer, el importante rol social, político y económico que el género ha sostenido en la historia, conmemorando hitos como la lucha por la participación política de la mujer, como el derecho a voto/sufragio reconocido en 1948 por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la lucha por la igualdad de salarios, igualdad en derechos, etc.

Aunque muchos de estos temas aún se están discutiendo en cientos de países, en Portalfruticola.com queremos destacar a las mujeres de todo el mundo y especialmente de Latinoamérica por su perseverancia, fuerza, dedicación y por no rendirse nunca ante estas luchas.

Hoy, les presentaremos a algunas mujeres de la industria frutícola de Latinoamérica quienes nos han querido dar su visión sobre lo que significa ser mujer en un rubro que durante muchos años ha sido dominado por hombres.

Lina Arrieta Herrera, Ingeniero Químico Industrial y presidenta de APECO (Chile)

Experiencia: Mi carrera profesional y empresarial ha estado mezclada con un fuerte sentido de servicio público y desarrollo comunitario, destacando su labor como concejal de la comuna de Tierra Amarilla entre los años 1997 y 2000. Actualmente, presidenta de la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (APECO) desde noviembre de 2014 y reelecta en las pasadas elecciones de 2016. Este es un hito ya que he sido la primera mujer en dirigir una asociación gremial en la Región de Atacama, compuesta en más de 95% por representantes del género masculino.

¿Si tuviera que describir cuales son las características que debe tener una mujer para trabajar en la industria frutícola, cuáles serían?

La primera característica para trabajar en la industria frutícola es tener un gran amor por la tierra y la naturaleza, mucha dedicación, perseverancia, esfuerzo y trabajo duro, de sol a sol, pues se trabaja con seres vivos, donde cada planta se siente como un hijo al que tienes la oportunidad de ver nacer, crecer, dar fruto y morir, reflejando el ciclo de la vida.

¿Cómo ha visto la evolución del rol de la mujer en este rubro?

Veo con alegría y mucha esperanza que cada vez son más las mujeres que tienen la oportunidad de trabajar en este rubro, mayormente en labores de cosecha y packing, por la condición de rapidez y destreza de sus manos. Destacar que muchas de ellas son jefas de hogar, característica que resulta ser muy positiva e importante, pues las hace a la hora de buscar trabajo tener un alto sentido de la responsabilidad y cuidado de su fuente laboral, así como una ética laboral intachable.

¿Cuáles son los desafíos que aún existen y que limitan la participación de las mujeres en la industria?

El principal desafío creo está dado por el cuidado de los hijos menores. La condición de madre será siempre condicionante a la hora de tomar la decisión de buscar trabajo, mientras no se disponga de lugares seguros y de fácil acceso (salas cunas o jardines infantiles) que les den garantía de buen resguardo para sus hijos, de preferencia en aquellas labores que demandan intensidad y extensión horaria en temporada alta de cosecha.

¿Cuál cree que ha sido su mayor logro en esta industria y cuál es su desafío personal?

Mi mayor logro haber podido, junto a mi esposo, comprar un campo de 15 hectáreas en la comuna de Tierra Amarilla, mi ciudad natal, y hacerlo productivo con uva de mesa, y con el producto de esa tierra haber logrado educación superior para mis dos hijos. La propiedad del campo y la condición de productora permitió mi incorporación como socia a la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó APECO en el año 2009.

Tengo como principal desafío seguir trabajando con dedicación y esmero para que la asociación crezca en número de asociados (actualmente 41 empresas agrícolas en su mayoría de uva de mesa y otras de olivos, aceite de oliva, granadas, uva pisquera y hortalizas), y continuar produciendo primores para el consumo de más de 56 países en el mundo.

¿Qué consejo le darías a las mujeres que quieren trabajar y desarrollarse en esta industria?

Que se atrevan, y que se encanten con el trabajo del campo, generador de vida y alimento para el sustento familiar, que se capaciten y aprendan a trabajar con otras mujeres, que logren asociarse y que se arriesguen a tener su propio emprendimiento con técnicas como la hidroponía, la acuicultura, en los deshidratados, en un huerto casero y en cualquiera de las disciplinas del agro. Trabajo que nos debe resultar más fácil por ser dadoras de vida, y en el campo se siembra y se cosecha vida.

 

FUENTE

 

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